Los animales anfibios son seres que se caracterizan por estar adaptados tanto a la vida terrestre como a la vida acuática. Son animales vertebrados, con características de animales acuáticos para poder desenvolverse en ambientes húmedos como ríos y lagos.
Existen miles de especies reconocidas y muchas aún por descubrir de animales anfibios, algunos que podemos observar en ambientes comunes y otros más exóticos de regiones lejanas.
A continuación, veremos algunas de estas especies.
Ranas
Las ranas son posiblemente los animales anfibios más comunes. Los podemos encontrar en prácticamente todas las regiones tropicales del mundo. Se reproducen rápidamente ya que pueden tener más de veinte mil huevos por cada camada.
Se les reconoce fácilmente por sus colores verdes y tierra y tienen especie de membranas entre los dedos de sus patas traseras que las convierte en nadadoras bastante ágiles.
Sapos
Provienen de la misma familia que las ranas, aunque sus características son en su mayoría diferentes a ellas. Se les distingue de las ranas por la textura de su piel. Las ranas poseen una piel lisa y húmeda mientras que los sapos poseen una piel de textura verrugosa y más seca que la de las ranas.
Igualmente, a diferencia de las ranas, los sapos poseen patas traseras cortas, aunque comparten la característica de las membranas que ayudan en el nado.
Los sapos son capaces de producir sustancias tóxicas, irritantes o venenosas a través de unas glándulas especiales ubicadas en su cabeza, esto con el fin de ahuyentar o incapacitar a sus enemigos.
Salamandra
Las salamandras se caracterizan por su forma plana y alargada, y sus colores brillantes repartidos entre lunares y manchas. Son animales mayormente terrestres, aunque buscan el agua para desovar.
Las salamandras tienen la impresionante habilidad de regenerar partes completas de su cuerpo en caso de sufrir daños. También son capaces de segregar variadas cantidades de sustancias tóxicas que sirven como defensa contra sus potenciales depredadores.